Mi último escrito
Y me siento a recordarte mientras el humo del café sonríe, hace frío y las ventanas aún tienen huellas de tus dedos, la puerta me recuerda la última vez que saliste por ahí con una sonrisa opacada por mis besos insulsos.
El humo del cigarrillo toma forma de recuerdo, te dibuja ahí sentada en el sofá mirándome y sonriendo, me das un abrazo te digo y suspiro sabiendo que desde ese día no lo volverás a hacer, jodido frío que me hace necesitarla más le digo al abrigo que guarda los girones de amor que sobresalen de mi cuerpo.
Ya no duermo en mi cama, aún te miro sonreír recostada en tu almohada, prefiero dormir en el sofá aunque también me recuerde a ti, maldito masoquismo de ti, ahora el café ha parado de sonreír, y me dice que te vio pasar, dejo caer la mirada en la calle con vergüenza al sentir la esperanza de que realmente seas tú.
A menudo un abrazo y una palabra de aliento puede cambiar la vida de quien lo recibe, escribiste en la única carta que me regalaste, tenía olor a ti y manchas de lágrimas, la guardé en algún cajón para no deshacerla, como ahora me desmorono yo, mientras miro tu caminar a lo lejos como ahora estamos y como siempre debimos estar, a veces el destino juega para no aburrirse apostando a ver quién se quiebra primero.
Estoy realmente agotado y ya no sé que más decir, ahora se me terminaron las palabras y me sobran las heridas, he agotado las fuerzas necesitándote así que estas son las últimas palabras que escribo, ahora solo necesito recostarme y quizás tratar de olvidar, quizás tratar de dormir, quizás tratar de no despertar, quizás tratar de ya no esperarte, quizás tratar de encontrarte en palabras.
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